Hay
un personaje muy importante en nuestra historia. No será la primera vez que un
“objeto” sea un protagonista especial en un relato. En la serie de HBO Sex and
the City la ciudad de Nueva York era la quinta personaje, tan importante como
Carrie, Samantha, Charlotte y Miranda.
En
el caso de Fifty Shades, la música juega un papel que no pasa desapercibido. De
hecho, en la página de la autora hay una sección en donde podemos encontrar
toda la música que escuchan nuestros protagonistas.
En
el segundo libro, nos dicen que Christian, cuando fue adoptado por Grace y
Carrick no hablaba. Se encontraba completamente volcado en sí mismo, y lo peor,
no dejaba que lo tocaran. Fue gracias a que empezó a tomar clases de piano y la
llegada de Mia su hermana que comenzó a salir de su concha. Claro está que la
música es para él un lenguaje que le habla a su alma.
El
repertorio de música en el iPod de Christian nos dice mucho de quien es. Sex on
Fire de Kings of Leon, I’m on Fire de Springsteen, para nombrar algunas. Pero
es la música clásica la que más cautiva. Yo, por supuesto, terminando de leer
el primer libro descargué todas las canciones que vienen en la lista de la
autora y llevé a cabo un experimento. Me puse a leer de nuevo el primer libro y
junto a mi libro, estaba puesto mi iPod, a todo volumen tocando cada una de las
piezas que Christian toca en el piano y las que pone en el Red Room of Pain. La
lectura no es la misma. De pronto, parece que estás metida en un cine con
efectos 3D. La música nos da mucho más fondo. Podemos entender los ritmos que
mueven a este hombre, que lo suben a lo más alto del arrecife y que permiten
que Anastasia suba a los cielos y descienda por el precipicio (sus palabras).
Y
ni hablar del iPad que le regala a Anastasia en el libro dos. Olvídense de las
aplicaciones con las que viene (yo también hubiera estado feliz con la
biblioteca inglesa), es la lista de música que dice las palabras que ella
quiere escuchar y que él no es capaz de decir: sólo se las puede decir a través
de la música. ¡Y qué música! Las palabras de él (que finalmente si logra
expresar) pueden salir sobrando. A mí que me hable a través de estas canciones.
Christian
se expresa a través del cuerpo y a través de la música. El control que Christian
ejerce en todo su mundo incluye su cuerpo: no nada más es gracioso (graceful),
sabe en que momento gritar, sabe en que momento susurrar, cuando ser cálido,
cuando ser frío. Su maestría sobre el piano le permite tener maestría sobre la
música que el crea con su cuerpo. Como todo lo que hace (menos cocinar), lo
hace perfecto, inclusive hace el amor al ritmo de Bach, de Tallis y Chopin.
Para quienes la música clásica no figura en sus listas de reproducción, las
invito a que lo prueben. Pónganse el antifaz, prendan el iPod lo más alto que
puedan y escuchen y suéltense a la imaginación. Dejen que el sentido del oído
se afine y se entone. Estar en el presente, en el aquí y el ahora también es
tener todos los sentidos accesibles a la conciencia. Con el gusto se complican
un poco las cosas, a menos que tengamos un litro de helado de vainilla con
nosotros mientras leemos. Lo mismo con el olfato. Sólo existe en nuestra
imaginación. Por lo tanto, a poner en ON los oídos.
Pocas
cosas tan sexys como Christian, sentado en su piano, usando solamente el
pantalón de la pijama que le cuelga de la cintura, revelando su abdomen bien
marcado y el oh so happy trail, tocando música triste. Este es un hombre que en
la superficie parece ser perfecto. Su elección musical nos revela la profunda
tristeza que siente, su melancolía, su conmoción interna. Con la música que
toca, Christian nos enseña que tan roto está por dentro, dista de ser perfecto
y por eso lo queremos tanto: lo queremos rescatar, lo queremos remendar,
reparar, sanar y protegerlo de sí mismo. Queremos que no pare de tocar. Es como
mejor entra en contacto con su entorno y a través de su música, podemos
contactar con él. Es de lo que se trata: el contacto, pues es en el contacto en
donde encontramos la novedad y en la novedad podemos estar presente. Christian
se sienta al piano y canta, “Wherever you will go” (hay dos versiones
buenísimas, la original de The Calling y la que la autora sugiere interpretada
por Charlene Soraia) y nosotras estamos dispuestas a seguirlo a donde sea, y
como sea.
Solo quería decirte que me gusto en verdad tu descripción de los libros y la música también, quería decir que intentar con la música, leer si funciona.
ResponderEliminarde verdad es fantástico es trasladarse a otro lugar uno con nuestros personajes favoritos de nuestros libros entre ellos y mi preferido el apuesto y destrozado Christian Grey.
He tenido varios problemillas por leer este libro, ya que no tengo 18, pero estoy cerca. He tenido que inventar algunas cosas para que no sepan que lo lei porque mi familia es bastante conservadora y no se por donde se enteraron que era, supuestamente "porno para mamas"... es un libro muy bueno, y me encantaria saber cuales son las melodias de las diferentes situaciones...
ResponderEliminarTe felicito, es algo que dios mio, como si trajeras a este momento cada instante con Grey, eso hice toco cada una de mis terminaciones al momento de estar leyendo cada pagina... Muchas gracias por darnos esta redaccion, tengo una pagina que me gustaria que visitaras, ahi puse esta recomendacion para que la leueran espero no te moleste...
ResponderEliminarhttps://www.facebook.com/LetersBaby
Tu amiga Elifer Grey