viernes, 6 de julio de 2012

La música y Christian (spoiler alert!!)


Hay un personaje muy importante en nuestra historia. No será la primera vez que un “objeto” sea un protagonista especial en un relato. En la serie de HBO Sex and the City la ciudad de Nueva York era la quinta personaje, tan importante como Carrie, Samantha, Charlotte y Miranda.

En el caso de Fifty Shades, la música juega un papel que no pasa desapercibido. De hecho, en la página de la autora hay una sección en donde podemos encontrar toda la música que escuchan nuestros protagonistas.

En el segundo libro, nos dicen que Christian, cuando fue adoptado por Grace y Carrick no hablaba. Se encontraba completamente volcado en sí mismo, y lo peor, no dejaba que lo tocaran. Fue gracias a que empezó a tomar clases de piano y la llegada de Mia su hermana que comenzó a salir de su concha. Claro está que la música es para él un lenguaje que le habla a su alma.

El repertorio de música en el iPod de Christian nos dice mucho de quien es. Sex on Fire de Kings of Leon, I’m on Fire de Springsteen, para nombrar algunas. Pero es la música clásica la que más cautiva. Yo, por supuesto, terminando de leer el primer libro descargué todas las canciones que vienen en la lista de la autora y llevé a cabo un experimento. Me puse a leer de nuevo el primer libro y junto a mi libro, estaba puesto mi iPod, a todo volumen tocando cada una de las piezas que Christian toca en el piano y las que pone en el Red Room of Pain. La lectura no es la misma. De pronto, parece que estás metida en un cine con efectos 3D. La música nos da mucho más fondo. Podemos entender los ritmos que mueven a este hombre, que lo suben a lo más alto del arrecife y que permiten que Anastasia suba a los cielos y descienda por el precipicio (sus palabras).

Y ni hablar del iPad que le regala a Anastasia en el libro dos. Olvídense de las aplicaciones con las que viene (yo también hubiera estado feliz con la biblioteca inglesa), es la lista de música que dice las palabras que ella quiere escuchar y que él no es capaz de decir: sólo se las puede decir a través de la música. ¡Y qué música! Las palabras de él (que finalmente si logra expresar) pueden salir sobrando. A mí que me hable a través de estas canciones.

Christian se expresa a través del cuerpo y a través de la música. El control que Christian ejerce en todo su mundo incluye su cuerpo: no nada más es gracioso (graceful), sabe en que momento gritar, sabe en que momento susurrar, cuando ser cálido, cuando ser frío. Su maestría sobre el piano le permite tener maestría sobre la música que el crea con su cuerpo. Como todo lo que hace (menos cocinar), lo hace perfecto, inclusive hace el amor al ritmo de Bach, de Tallis y Chopin. Para quienes la música clásica no figura en sus listas de reproducción, las invito a que lo prueben. Pónganse el antifaz, prendan el iPod lo más alto que puedan y escuchen y suéltense a la imaginación. Dejen que el sentido del oído se afine y se entone. Estar en el presente, en el aquí y el ahora también es tener todos los sentidos accesibles a la conciencia. Con el gusto se complican un poco las cosas, a menos que tengamos un litro de helado de vainilla con nosotros mientras leemos. Lo mismo con el olfato. Sólo existe en nuestra imaginación. Por lo tanto, a poner en ON los oídos.

Pocas cosas tan sexys como Christian, sentado en su piano, usando solamente el pantalón de la pijama que le cuelga de la cintura, revelando su abdomen bien marcado y el oh so happy trail, tocando música triste. Este es un hombre que en la superficie parece ser perfecto. Su elección musical nos revela la profunda tristeza que siente, su melancolía, su conmoción interna. Con la música que toca, Christian nos enseña que tan roto está por dentro, dista de ser perfecto y por eso lo queremos tanto: lo queremos rescatar, lo queremos remendar, reparar, sanar y protegerlo de sí mismo. Queremos que no pare de tocar. Es como mejor entra en contacto con su entorno y a través de su música, podemos contactar con él. Es de lo que se trata: el contacto, pues es en el contacto en donde encontramos la novedad y en la novedad podemos estar presente. Christian se sienta al piano y canta, “Wherever you will go” (hay dos versiones buenísimas, la original de The Calling y la que la autora sugiere interpretada por Charlene Soraia) y nosotras estamos dispuestas a seguirlo a donde sea, y como sea.

La música es otro tono más de gris, otro tono más de Grey.

3 comentarios:

  1. Solo quería decirte que me gusto en verdad tu descripción de los libros y la música también, quería decir que intentar con la música, leer si funciona.
    de verdad es fantástico es trasladarse a otro lugar uno con nuestros personajes favoritos de nuestros libros entre ellos y mi preferido el apuesto y destrozado Christian Grey.

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  2. He tenido varios problemillas por leer este libro, ya que no tengo 18, pero estoy cerca. He tenido que inventar algunas cosas para que no sepan que lo lei porque mi familia es bastante conservadora y no se por donde se enteraron que era, supuestamente "porno para mamas"... es un libro muy bueno, y me encantaria saber cuales son las melodias de las diferentes situaciones...

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  3. Te felicito, es algo que dios mio, como si trajeras a este momento cada instante con Grey, eso hice toco cada una de mis terminaciones al momento de estar leyendo cada pagina... Muchas gracias por darnos esta redaccion, tengo una pagina que me gustaria que visitaras, ahi puse esta recomendacion para que la leueran espero no te moleste...
    https://www.facebook.com/LetersBaby

    Tu amiga Elifer Grey

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