sábado, 30 de junio de 2012

El enigmático Sr. Grey

¿Quién es Christian Grey?

Christian Trevelyan Grey es el personaje principal de nuestra historia, y repito, como dijo una amiga que tengo, que es bastante normal, habita en el subconsciente de todas nosotras, sólo que no lo sabíamos. Es el sueño de toda mujer: jóven, bello, multimillonario y el hombre sabe más de sexo que Dr. Ruth. 

Dueño de su propia empresa, no le responde a nadie y no sólo eso, Christian Grey es "master" de su Universo. Sus oficinas están en el piso más alto de un edificio del que es dueño, y su penthouse casi toca el cielo. Así que desde las alturas, Christian Grey observa a la gente chiquita, en perfecto control de todo lo que lo rodea…Hasta que Anastasia Rose Steele se tropieza y cae como remolino en su oficina. 

De su niñez nos platican poco. Hijo de una prostituta adicta al crack, a Grey lo adoptan a los cuatro años una pareja rica de Detroit. Es el segundo hijo de la pareja y al poco tiempo de que lo adoptan, la familia se muda a Seatle, lejos del ruido de Detroit. Christian no habla y no permite que nadie lo toque. 

Es gracias a la llegada de una tercera hermana, Mia y lecciones de piano que finalmente rompe la coraza y empieza a hablar. 

Sabemos que en su adolescencia era un chico atormentado, que contantemente se metía en problemas, un poco bebedor, hasta que conoce a la famosísima Mrs. Robinson (ese no es su nombre real). Mrs. Robinson es amiga de la mamá y un buen día decide tomarlo como su juguete y enseñarle el arte del sadomasoquismo. Christian se convierte en su sumiso y durante siete años sostienen una relación ilícita. Él mismo nos dice que gracias a esto, el recupero el control que había perdido de su vida, se reformó, logró terminar preparatoria, entrar a Harvard y a los 21 años, comenzar su empresa multitrillonaria. Todo gracias a la muy capaz Mrs. Robinson. 

Y cuando Ananstasia entra a la oficina, Christian lleva más de dos meses sin sumisa, y esta inocente chica tiene todos los atributos que a el le gustan en una sumisa: tiene el pelo castaño y aparenta timidez y una voluntad débil. Claro que se va a llevar una gran sopresa. 

Dejando los detalles de lado, ¿qué es lo que nos fascina de este hombre?

No es necesariamente los elementos del sueño "americano": guapo, joven y millonario. Eso, al final, pasa a ser plato de segunda mesa, porque finalmente la cara de Grey nos la imaginamos todas diferente y la belleza depende del gusto de cada quien. El día que salga la película entonces si se materializará su carita. Por lo pronto, que cada lectora le ponga la cara que se imagine. 

Lo que nos atrae de Christian es la personalidad. El carácter, su forma, y conforme vamos leyendo la trilogía, su fondo. Porque a pesar de toda esta perfección externa, Christian Grey dista de ser perfecto. Es un manojo de contradicciones. 

Por un lado, es seguro de sí mismo, en perfecto control de su cuerpo y sus movimientos. Es más, yo me lo imagino moviéndose como un bailarín, perfectamente consciente de todos los movimientos que hace. Si se pone el dedo índice en el labio y se lo acaricia, es un movimiento preconcebido: sabe el efecto que tiene sobre Anastasia, y el efecto que tiene sobre quien lo lee. Porque yo si confiezo que cada vez que el se pasa el dedo por los labios, yo hago lo mismo; cuando se pasa la lengua de entre los dientes, me encuentro imitando sus movimientos. 

Controla a la perfección la inflexión de su voz, sabe cuando susurrar, cuando gritar, cuando templar su voz. Y con cada inflexión, el efecto que tiene sobre Ana es diferente. Todo está perfectamente calculado. Y a pesar de controlar su cuerpo y sus movimientos (además el cuate hace ejercicio como loco), no tolera que le toquen el pecho y la espalda. A pesar de estar en perfecto control en la cama o en el Cuarto Rojo del Dolor, la mera idea de que lo toquen en las zonas prohibidas le roba la respiración. Y es entonces donde nos empieza a ganar: a pesar de ser un sádico, no podemos evitar sentir una gran compasión por él, queremos papacharlo, queremos cuidarlo, queremos quitarle el dolor, pegar su alma rota. 

Le gustan las castañas. A mí en lo particular me encanta que la autora no haya escogido a la ya trillada güera perfecta. Era momento que a nosostras las castañas nos dieran nuestro merecido lugar en la vida. Y entonces es por eso que sólo contrata a güeras. Porque sabe que no se va a acostar con sus empleadas (tiene una ética de trabajo impecable). Sólo quiere lastimar a niñas con pelo castaño, que se parecen a su mamá. 

Otro elemento del libro que pasa a segundo término es el sadomasoquismo. Si, al principio quedamos espantadas del contrato que le presenta a Ana. La mitad de las cosas que le va a hacer y la mitad de los aparatos que va a usar yo si los tuve que buscar en google, Wikipedia para ser exactos. Y habrá cosas que nos shoqueen, cosas que nos exciten, pero al final nada de eso importa. Porque si la novela realmente tratara de sadomasoquismo, entonces Anastasia hubiera firmado el contrato. El Cuarto Rojo del Dolor y todo lo que ahí hay está solamente para incrementar nuestra anticipación, nuestra curiosidad. La novela es una novela de amor, me digan lo que me digan. 

Lo que importa es que, a pesar de que Christian es un dominante, y que con toda nuestra liberación femenina estaríamos locas de dejar que un hombre domine todos los aspectos de nuestras vidas, leemos y releemos porque esa dominancia masculina si nos habla a una parte profunda de nuestro ser. Despierta esa vocecita que de pronto si le gustaría que un hombre tomara el control de nuestras decisiones, que nos consienta, que nos compre la ropa adecuada, que nos diga que comer y cuánto, como dormir, como hacer ejercicio, que vino tomar. Finalmente, queremos que nuestro hombre nos cuide, porque si hay algo que Christian sabe hacer es cuidar. 


"Me hace graciosa, esa es su habilidad. Me hace ser  sexy, porque eso es lo que es él. Me hace sentirme amada, porque a pesar de sus cincuenta sombras, tiene una riqueza de amor para dar." Anastasia

Hasta aquí hoy, ya es tarde. 

Buenas noches. 

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