lunes, 16 de julio de 2012

Arquetipos, inconsciente colectivo y Christian Grey


Del inconsciente colectivo vienen los arquetipos: imágenes y modelos que conforman nuestra personalidad y nuestra visión del mundo, y hay quienes se identifican con Don Quijote por sus pretensiones altruistas (Ignacio Solares).

Carl Gustav Jung nos dice que los arquetipos son todas esas imágenes que pertenecen a las religiones, los mitos y las leyendas y que se manifiestan en nosotros a través del sueño y las fantasías. Tienen, en general, un motivo universal. Es decir, podemos encontrar las mismas imágenes en diferentes culturas. Son imágenes ancestrales autónomas, es decir, su significado nace en la imagen misma. Jung nos dice que no heredamos las imágenes o las representaciones, sino más bien las posibilidades.

Además, Jung nos dice que estas imágenes no tienen origen en la conciencia individual sino que son fenómenos universales. Son símbolos, por lo cual el carácter de universalidad.

Existe una amplia variedad de arquetipos existentes: el nacimiento, la muerte, dios, el viejo sabio, el padre, la madre, el héroe.

A nivel personal, los arquetipos se manifiestan a través de nuestros complejos. A nivel colectivo, se manifiestan como características de todas las culturas. Jung invitaba a cada generación a comprender de forma diferente su contenido y sus efectos.

Lo que sugiere que los arquetipos efectivamente son autónomos: tienen vida propia: evolucionan de acuerdo con la evolución de la raza humana. Lo que para la generación de 1950 era el arquetipo del héroe, en el 2012 evoluciona y cambia, ya no es superman, ahora está vestido con un traje gris y maneja un Audi R8.

El inconsciente colectivo es un concepto básico en psicología y psiquiatría que establece que existe un lenguaje común a los seres de todas los espacios y tiempos del mundo, y es constituido por símbolos primitivos con los que se expresa un contenido o parte de la psique que está más allá de la razón.

En 1940, cuando Estados Unidos se estaba recuperando de la Gran Depresión y acababa de entrar en la Segunda Guerra Mundial, nació el Capitán America, primer súper héroe en la serie de Los Vengadores. Disfrazado con la bandera del país y una fuerza súper humana, Capitán America iba a ayudar a Estados Unidos en sus esfuerzos militares contra el Tercer Reich y el Fascismo. En el 2007, y desde su primera publicación, se han vendido más de 210 millones de copias del cómic. Lo siguieron otros súper héroes: Superman, Batman, El Hombre Araña, para mencionar algunos. Todos con poderes más allá de la humanidad.

En 2012 tenemos a otro tipo de héroe. Hemos evolucionado. A pesar de que nos encanta ir al cine a ver las películas, sabemos que no es posible un hombre que vuela, que viene de otro planeta, que tiene vista biónica. Y con todo eso, quedamos fascinados.

Hoy, leemos sobre vampiros y en lo más profundo de nuestra psique, existe el anhelo de que uno de ellos, tan fuerte e invencible, guapo y culto como Edward, nos venga a rescatar. Sin embargo, también sabemos que no existen.

Y entonces nos llega el último héroe. No tiene poderes más allá de lo humano, no puede leer nuestra mente, no tiene una fuerza bruta. Puede volar, aunque no sin un helicóptero o un planeador. Es dueño de su propio Universo, pero ese universo se limita, su alcance no es tan infinito. Está fallado, no es perfecto, a pesar de la máscara de perfección. Es una madeja  de contradicciones. Posee belleza física perfecta y al mismo tiempo se detesta; tiene control absoluto sobre su cuerpo, es grácil y ágil, pero no soporta que lo toquen; domina sus tonos de voz y es capaz de conseguir todo lo que quiere, cuando lo quiere y como lo quiere, y sin embargo es perfectamente inseguro de sí mismo; es dominante y al mismo tiempo sumiso; quiere someter a su amante y termina siendo él, el sometido. Ese es nuestro héroe de hoy. Ese es Christian Grey: cincuenta sombras jodidas.

¿Será que E L James descubrió un arquetipo nuevo? Christian Grey nos toca desde la superficie, alborotando nuestro cuerpo, creando mariposas en nuestros estómagos, subiendo nuestra temperatura. Y nos toca en lo más profundo: le habla a nuestro inconsciente personal. Ese lugar donde se alojan nuestros complejos: despierta la posibilidad como bien lo dijo Jung, la posibilidad de la protección, seguridad, control, obediencia y sumisión (Bustos, 2012). No despierta un anhelo, ni siquiera una necesidad oscura, inconsciente. No, le abre la puerta a las posibilidades. Y por eso no nos podemos mantener alejadas y por eso nos afecta tanto. Porque en la posibilidad se nos abren las opciones, nuestros limites y limitaciones se vuelven ilimitadas, las fronteras se borran, entramos al mundo de la fantasía con el permiso del inconsciente colectivo. Porque Christian Grey habita ahí, en las mentes de todas nosotras abriendo la posibilidad de sentirnos vivas, tocadas, deseadas…

2 comentarios:

  1. Literalmente me tienes facinada, es algo que jamas imagine comparar me has abierto los ojos d euna manera impresionante, cada palabra, cada detalle puesto en los Arquetipos de Jung. Sabes soy Psicologa y yo veia de cierta manera a Grey desde mi prespectiva Freudiana, pero ahora que mencionas a Jun, creo que le voy mas ala descripcion que acabas de hacer, si no te molesta te seguire publicando ya que es una manera impresionante de ver el lado psicologico de Grey... Elifer

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  2. Creo que es cierto que Jung sombrea sobre Cristian Grey. Desde el concepto de sombra hasta el paralelismo de su relación con Sabina Spilrein en la que hubo algo más que ternura. Como decía Jung cuando dos personas se encuentran y hay una reacción química entre ellas ambas se transforman. Es algo que se relaciona también con la Bella y la Bestia. El amor canvia a los dos y como decía Jung una vida de perfección solo se puede llevar a cabo tras la redención de un pecado.
    Tb pienso que en Grey està el asunto de la Madre devoradora. Un momento maravilloso de la película, que sinceramente me gustó, es en el discurso de Cristian en la Universidad donde podemos ver a la Persona, el yo moral y público, y en cambio Anastasia conoce a la Sombra que justo antes hemos conocido. Ahí vemos ese contraste entre el altruista y el vampiro abstemio, el ego y la sombra danzando para controlar a la persona, que solo puede liberarse mediante el abrazo a la sombra, la aceptación en el si mismo. Recordemos los versos de Rilke: Quizás los dragones que nos amenazan no sean sino princesas anhelantes que solo ansían nuestro amor.

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