jueves, 28 de junio de 2012

La Fascinación

Y entonces, ¿cuál es la fascinación?


Para quienes no lo han leído y para quienes lo leyeron ya, y no importa si ha sido más de una vez, aquí no juzgamos a nadie, platicaremos de la trama en otras entradas. 

Mi curiosidad se activa más por saber la razón por la que el libro ha causado tanta sensación. Que quede claro que en mi investigación me he encontrado con miles de comentarios en contra del libro, comentarios encontrados y muchos más comentarios a favor. 

¿Qué tiene este libro de diferente a otros libros de erotismo escritos durante toda la historia de la humanidad?

Empecemos por el principio. 


La portada del libro y el título le proporcionan ventajas a amas de casa como yo (si, soy una ama de casa de 36 años, madre de dos adolescentes y además, soy maestra de Naam Yoga: tantito con Dios y tantito con el Diablo).  La portada es discreta, nada de esas portadas cursis que nos muestran a Flavio en diferentes disfraces, desde pirata hasta monje medieval, parado sobre una roca o bien en la proa del barco, y siempre, siempre a sus pies una mujer con vestidos de gaza, sosteniéndole su pierna, que para mi gusto es demasiado musculosa. Flavio con esos pelos güeros largos, bastante pasados de moda. A mi en lo personal Flavio nunca se me ha hecho un hombre que merezca más de dos segundos de mi tiempo, es más, ni le creo el acento italiano, pero bueno, es sólo mi humilde opinión. 

Grey en cambio, nos muestra una sombría portada con una corbata gris en su centro. Muchas personas ni siquiera la perciben a primera vista. El título, bien podría hablarnos de cualquier cosa, y es hasta la mitad del primer libro que nos enteramos que significa exactamente esto de las 50 sombras.

La portada entonces nos presenta con una evidente ventaja: podemos estar en el partido de futbol de nuestros hijos, esperando a que la niña salga de su clase de ballet o en la cola de Wal Mart y nadie, nadie sabe que estamos leyendo "porno para mamás". Eso, nos ofrece un grado de anonimato y discreción que yo personalmente le agradezco a la autora. Me ahorra la vergüenza de tenerle que explicar a mis hijos que es exactamente lo que estoy leyendo. 

Y de pronto, en esta era de liberación femenina y tiempos en donde las mujeres tienen más voz y más voto (digo, se postula una mujer para la presidencia de nuestro país), las mujeres nos sentimos no nada más liberadas en el ámbito laboral, sino que nos presenta el libro la oportunidad de libremente leer sobre erotismo y no sentirnos avergonzadas. La discreción de la portada y la sutileza del título nos dejan el campo abierto para poder explorar y leer sobre el tema y además explorar lo que el tema nos hace sentir. 

Para mí que este es uno de los puntos más elementales del libro: nos hace sentir. No importa que es fantasía, no nos importa que hombres como Grey únicamente habitan en nuestro subconsciente. El chiste es que lo leemos, lo conocemos y Grey, fictcio y vivo sólo en papel nos hace sentir. Como dije, la mayoría de las lectoras son mujeres de 35 a 65 años de edad que en promedio, llevamos entre 15 y 30 años de casadas. Lo que sentimos al leer el libro no lo habíamos sentido desde hace años!! (quien diga que lo sigue sintiendo diario con su pareja, no le creo ni tantito). Y entonces nos despierta una bola de sentimientos y sensaciones corporales que habíamos dejado guardadas con los trabajos de 3 de kinder de nuestros hijos. Ahí empieza la fascinación. Que al igual que grandes obras literarias que nos transportan a mundos desconocidos, épocas de la historia ya casi olvidadas, Grey nos hace entrar en contacto con nuestro propio cuerpo y cuestionar y en el mejor de los casos, explorar la posibilidad de darle un poco de color a nuestra vida sexual con nuestra pareja (llamese esposo, novio o amante). Y no precisamente en tonos de gris. 

Lo leemos, nos encantamos, nos enamoramos y nos juntamos con otras mujeres y lo platicamos. Yo personalmente no veo nada mal que un libro fomente amistades y nos acerque como mujeres con otras mujeres. Es precisamente eso lo que hemos estado peleando con este rollo de la liberación femenina. 

¿Y qué más? Podríamos quedarnos horas platicando sobre los instrumentos e implementos que guarda nuestro querido Christian en su Cuarto Rojo del Dolor (así le pone Anastasia al cuarto de juegos de Grey). Y a pesar de ser un punto central al comienzo del primer libro, conforme la historia de amor se desarrolla, los implementos y aparatos pasan a un segundo plano. Dejan de ser importantes. Aquí el chiste es empezar a entender el tipo de relación que Christian le propone a Anastasia que, de entrada empieza a ofender a ciertas personas, especialmente las feministas empedernidas. Resulta obviamente ofensivo que una muchacha de 21 años, en pleno siglo XXI esté dispuesta a someterse en cuerpo, mente y alma, especialmente en cuerpo a un hombre. OH, sacrilegio!!! Especialmente cuando nuestras antecesoras de la revolución femenina nos dieron de comer a cucharadas la idea de que someternos a un hombre sería peor que renacer como tal. En esta era en donde creemos que somos autosuficientes y que no necesitamos de un hombre para que nos diga que hacer, James nos presenta a un personaje que está más que dispuesta a dejar que un muchacho dicte que va a comer, cuanto tiempo tiene que dormir cada noche, qué tanto ejercicio debe hacer al día, que ponerse, y lo peor, como coger. Y entonces, ¿porqué nos gusta tanto Grey? Eso lo veremos luego. 

Sigo. Dejando a un lado la relación Dominante/Sumisa, los aparatos, escenas sexuales fuertes, directas y al grano, todo se reduce a EL. James ha creado al hombre perfecto. Y Christian es perfecto precisamente porque no lo es. Es un personaje con fallas y estas fallas tienen 50 sombras de gris. Es un manojo de contradicciones. Y al final del día, acabamos estando de su lado, y Anastasia se convierte únicamente en un punto de referencia para que lo podamos entender a el. Todo el libro gira a su alrededor. 

James logró la mezcla perfecta que habita en el mundo de fantasía de toda mujer (a mi que no me vengan que no!). Guapo, guaperrimo (claro, es el hombre más hermoso del universo), multimillonario a los 27 años, si, hace $100,000 dls por hora, no sólo es dueño de un avión y un helicóptero, los sabe volar. No sólo es multimillonario, utiliza su fortuna para cultivarse: sabe hablar francés fluído y además toca el piano como el mismísimo Chopin. Vive en un penthouse que tiene helipuerto en la azotea (claro que él es el único que lo usa) y el departamento sólo mide lo que una cancha de futbol americano. Es "master" de todo su universo. Toma vino, y del bueno. Y además, es experto en hacer que las mujeres se vengan, más de una vez por encuentro sexual. Como dije antes, y es una frase que me robo de una amiga, Christian Grey ha habitado en el subconsciente de todas, sólo que no sabíamos que se llamaba así, por lo menos mi mamá nunca me lo dijo. Tuvo que venir una cuarentona de Inglaterra a decirnos que ese era su nombre. 

La fascinación yace en el personaje. Y a pesar de que muchos críticos del libro han dicho que el personaje es plano, yo opino todo lo contrario. Repito, es un manojo de contradicciones. Y eso lo hace perfectamente imperfecto. Lo hace cincuenta sombras de jodido. Y eso fascina!

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